Cafe

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miércoles, 1 de junio de 2011

El Grano de Café

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía qué hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar; parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, le llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó 3 ollas con agua y las colocó sobre el fuego. Pronto el agua de las 3 ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra… A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón; sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, vertió el café en otro recipiente. Mirando a su hija le preguntó: “Querida, ¿Qué ves?”. Ella le respondió: “Zanahorias, huevos y café”.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias; ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Al sacarla la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café: Ella sonrió mientras disfrutaba su aroma. Humildemente la hija le preguntó: “¿Qué significa esto padre?”.
Él le explicó que los 3 elementos habían afrontado la misma adversidad: agua hirviendo. Pero habían reaccionado de forma diferente: La zanahoria llegó al agua dura y fuerte, pero después de pasar por agua hirviendo se había puesto blanda, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su líquido interior; mas tras estar en contacto con el agua hirviendo, su interior se había fortalecido.
Los granos de café, sin embargo, eran únicos: después de estar en el agua hirviendo,¡habían cambiado el agua!
¿Cuál eres tú hija? Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?
¿Eres como una zanahoria que parece fuerte y que cuando la adversidad llama a tu puerta, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿O eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, posee un espíritu fluido pero después de una desgracia, te has vuelto duro y rígido?
¿O acaso eres como un grano de café? El café cambia el agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega a su punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.
Ojalá logres ser como el grano de café, que cuando las cosas se pongan mal, tú puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer y hagas que las cosas a tu alrededor mejoren! Que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumine tu camino y el de la gente que te rodea. Que puedas esparcir con tu fuerza, optimismo y alegría, “ el dulce aroma del café”.

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